Con la necesidad de una mayor sostenibilidad en aumento, hemos reunido los 4 temas más importantes para la industria naviera en lo que se refiere a la implementación de flujos de trabajo más sostenibles
La industria naviera es responsable de aproximadamente el 3 % de las emisiones mundiales. Aunque en comparación con otros sectores esto pueda parecer relativamente pequeño, sigue siendo una gran cantidad de emisiones de CO2 que se ponen en órbita cada día. Especialmente si pensamos en el combustible utilizado en el transporte marítimo, existe un gran potencial para reducir o incluso evitar las emisiones. No solo podría ayudar un cambio de combustible, sino que también hay varias mejoras que se pueden hacer con un poco de ayuda de la tecnología y soluciones de software. En Hapag-Lloyd nos esforzamos por alcanzar la neutralidad climática hasta 2045 y trabajamos constantemente, para que nuestra flota sea un poco más sostenible.
Y para ello, hemos lanzado nuestra herramienta digital Ship Green. Le permite reducir las emisiones causadas en el tramo marítimo de su envío en un 25, 50 o incluso un 100 %.
Pero no solo en Hapag-Lloyd los cambios son cada vez más visibles: toda la industria naviera está cambiando y la mayoría de las empresas tienen objetivos climáticos en marcha. Hemos reunido 4 aspectos clave que pueden ponerse en marcha para que el transporte marítimo sea más sostenible.
Investigadores del Instituto Americano de Física han desarrollado una membrana especial para reducir la fricción entre los barcos en el agua. Puede que algunos de ustedes estén familiarizados con el término «membrana» de la clase de biología en el colegio: describe una capa de separación que es permeable a diferentes sustancias de diferentes maneras. En el caso de nuestro equipo de investigación, las aberturas de esta membrana deben llenarse continuamente con lubricantes. Esto debería crear una superficie viscosa sobre todo el casco del barco, lo que podría reducir la fricción de los buques cisterna de largo alcance en el agua en un 18 %. Esta idea se basa en el efecto que, por ejemplo, tienen las algas o las excreciones de los peces en la superficie del barco cuando se depositan en ella.
Ya existen planteamientos e ideas iniciales para equipar los buques portacontenedores con motores eléctricos. Sin embargo, pasará mucho tiempo antes de que se disponga de resultados válidos, por no hablar de la conversión de flotas enteras. Pero también hay otras tecnologías y soluciones que pueden contribuir positivamente al clima. Un ejemplo es el cambio a combustibles alternativos como el biodiésel. Con el uso de biodiésel, las emisiones pueden evitarse de forma proactiva, ya que el combustible está basado en residuos y no se utilizan materiales vírgenes. En mayo, hemos introducido nuestro servicio adicional Ship Green. Con esta solución permitimos a nuestros clientes evitar las emisiones incluso en los trayectos en los que no hay biodiésel disponible físicamente gracias al enfoque “Book and Claim”.
Otras propulsiones también utilizan metano, amoníaco e incluso motores totalmente eléctricos que reducirán gradualmente el uso y la necesidad de diésel y otros combustibles derivados del petróleo. ¿Lo sabía? En 2022 el primer carguero totalmente eléctrico del mundo, el Yara Birkeland, realizó su viaje inaugural.
Mientras tanto, el Instituto de Tecnología de Karlsruhe, que ha puesto en marcha su proyecto ARES (“Superficies que retienen el aire”) junto con las universidades de Bonn y Rostock, está adoptando el enfoque exactamente opuesto. Este proyecto también implica un revestimiento especial sobre la superficie de un barco en el agua. Sin embargo, este revestimiento está relleno de aire en lugar de lubricante. El objetivo sigue siendo el mismo: reducir la fricción. Concretamente, los responsables del proyecto quieren sustituir la fricción entre el barco y el agua por otra entre el barco y el aire, lo que debería reducir la fricción en un 20 % en total.
Por cierto, el modelo para este concepto es el helecho flotante Salvinia. Esta planta tiene una estructura capilar que también encierra una capa de aire en el agua, lo que permite al helecho respirar bajo el agua. Bajo el nombre de “Aircoat”, el proyecto ARES se está desarrollando ahora también a nivel de la UE.
En nuestro tercer ejemplo, el objetivo no es crear una capa, sino eliminarla y, sin embargo, reducir la fricción. Hasytec, una empresa especializada en ingeniería eléctrica para aplicaciones marinas, se ha dedicado a la lucha contra el llamado “fouling”. Esto se refiere a la formación de biopelículas y la consiguiente adhesión de algas, percebes o mejillones a las paredes exteriores del barco, que a su vez aumentan el peso y la fricción de los buques.
Por ello, Hasytec ha desarrollado su “Protección dinámica contra la biopelícula”, un sistema electrónico que envía ondas ultrasónicas desde el interior del barco al agua. Allí, se supone que impiden la formación de biopelícula o la eliminan en sus fases preliminares. También en este caso, la pérdida de fricción y el menor consumo de combustible son las consecuencias esperadas.
Como puede ver, se están desarrollando muchas tecnologías sostenibles. Pero para una medida de acción más inmediata, el cambio a combustibles alternativos como los biocombustibles es un gran primer paso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora, los combustibles alternativos más utilizados en la industria son el GNL (gas natural licuado) y el FAME (éster metílico de ácidos grasos). En el futuro habrá más combustibles alternativos basados en el amoníaco, combustibles a base de hidrógeno e incluso motores eléctricos.